El Totus nº3, más increible todavía. Además de vivir una vida que no entendía de calendarios ni prohibiciones, nos daba para hacer conciertos, ir a conciertos, montar fiestas y hacer fanzines. Todo ello sin un puto duro y con más moral que Gracita Morales en el Festival Agroerótico de l'Alcudia.
Más cómics irreverentes y una portada antimilitarista total. Veiamos al ejercito como unos niños crueles y malacostumbrados, que jugaban con la vida de los demás y que disfrutaban de privilegios anclados en el más puro y rancio fascismo medieval. A tomar por culo!!! Me alegro tanto de no haber pasado por su quilla...la objeción de conciencia me sustituyó el aguantar un año a subnormales con poder por dar de comer a los nanos de un comedor de la escuela donde daba clases extraescolares de dibujo. Todo un lujo!!
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